T.E. HULME
Nace en Staffordshire (Inglaterra) en 1883. En 1908 crea el Poets’ Club en Londres y con Flint y Pound se le adscribe movimiento imagista. Poeta, articulista y traductor (especialmente sobre Bergson). Muere durante la gran guerra en 1917, doce días después de su treinta y cuatro cumpleaños, siendo enterrado en el Cementerio militar de Coxyde en Bélgica. Expulsado de Cambridge por una pelea la noche de la famosa carrera de remos Oxford- Cambridge, gota que colmó el vaso de su expulsión, ya que anteriormente había sido acusado de comportamiento indecente por unas perturbadoras producciones teatrales que había hecho en el campus. Hulme, sin embargo, regresaría a Cambridge a los 20 años, para estudiar Filosofía, alcanzando el dudoso honor de ser expulsado de Cambridge por segunda vez, después de que un padre indignado enviara a las autoridades copias de cartas sexualmente explícitas que Hulme le había enviado a su hija adolescente. Bertrand Russell dijo de Hulme que era “un hombre malvado que no podría haber creado nada más que el mal”. Hulme, quien al igual que Russell era un ex alumno de la Universidad de Cambridge, había atacado las opiniones pacifistas de su rival en la prensa. T S Eliot, consideraba a Hulme como “el precursor de una nueva actitud mental, que debería llamarse la mente del siglo veinte”. Thomas solo escribió y publicó seis poemas en el curso de su vida. En 1912, la revista literaria New Age presentó cinco de sus poemas, que luego fueron reimpresos en la colección de poesía de Pound, Ripostes (Swift & Co., 1912). El propio Eliot escribió también: “Hulme es clásico, reaccionario y revolucionario; es las antípodas de la mente ecléctica, tolerante y democrática de finales del siglo pasado “.
ABOVE THE DOCK
Above the quiet dock in mid night,
Tangled in the tall mast’s corded height,
Hangs the moon. What seemed so far away
Is but a child’s balloon, forgotten after play.
Revista literaria New Age (1912)
Por encima del apacible muelle a medianoche,
Enredada en el cordaje de lo alto del mástil,
Cuelga la luna. Lo que parecía tan lejano
No es más que el globo de un niño, abandonado tras un juego
(Traducción propia)
HOJAS DE OTOÑO
Las hojas de mi otoño
Se aferran a un verde antiguo
De novela victoriana
Que ya comienza
A crispar sus venas
Las hojas más atrevidas aún aspiran
A ser bandera de Canadá
Y las más modestas apuntan
A tocarse los dedos
Preludiando un abrazo de despedida
En sí mismas
Las hojas de mi otoño
Son de un árbol
Son de un libro
No asumen el agua
La acogen como a un alma
La deslizan como una ofrenda
Dejando un rastro de termitas transparentes
Las hojas de mi otoño
Aunque aún cuelgan del cielo
Ya comienzan a mirar al suelo
Con la terrible esperanza
Cuando las acoja la tierra
De que ningún niño las pise el espinazo
Por más que ya estén secas.