CLAUDIO RODRÍGUEZ: LA ÚNICA VERDAD
Lector ávido. Formado en el francés y el latín. Maestro del endecasílabo. Marchó al campo abierto de Madrid en busca del tiempo como algo estático. Profundizó en la métrica para doctorarse en el ritmo del espíritu. Su paso por Inglaterra lo resume en una palabra: conocimiento.
Dueño de unos de los comienzos más fulgurantes de la historia de la poesía. En 1953 publicó su primera obra, Don de la ebriedad, que le valió su primer premio y reconocimiento. Tenía 17 años. Así arranca:
Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Apasionado de Rimbaud. Discípulo vital de Vicente Aleixandre. Uno de los más grandes poetas españoles de todos los tiempos, de cada tiempo.
María José Alfonsel: “En el caso de Claudio Rodríguez, apasionado lector desde su niñez, se ve con claridad la influencia de poetas como Rimbaud, Baudelaire, Wordsworth, Hölderlin y T. S. Eliot. Es su poesía el resultado de una contemplación admirativa de su entorno, del campo de Castilla regado por el río Duero, de la recreación de su infancia. Es el poeta descubridor de su entorno, de su verdad, verdad que transfiere a sus creaciones con la quietud y el silencio propios de la aptitud contemplativa.”.
https://dosisdeliteratura.wordpress.com/2012/05/14/claudio-rodriguez-casi-una-leyenda/
La única verdad es una poesía que nace de la admiración por el poeta y de sus poemas malditos, de sus poemas susurrados, de sus poemas respirados.
LA ÚNICA VERDAD
Puede desafinar el andamio
Tocar notas de barro el piano
Puede morir la leyenda
Tocar manos de cielo el desierto
Y todo fuera del poema
Esta es la única verdad…
Pero, aún con eso
El don de la claridad
Siempre vendrá del cielo
Inédito en libro (2020)
Pocos privilegios como el grave y exquisito placer el de leer su poesía en soledad,mirando al cielo, a campo y alma abiertos: desde allí donde habita el conocimiento de su claridad. Una claridad que viene siempre del cielo despejado de su Poesía. En estos días complicados, permítase el lujo de que le respiren estos versos de su poema "Nuevo día": Invisible quietud./ Brisa oreando la melodía que ya no esperaba./ Es la iluminación de la alegría/ con el silencio que no tiene tiempo./. Oxígeno poético de muchos quilates. Salud y poesía.