SEAMUS HEANEY
(Condado de Derry, Irlanda del Norte, 13 de abril de 1939 – Dublín, 30 de agosto de2013). En 1957 marchó a Belfast para estudiar literatura en la Universidad Queen, donde impartió clases entre 1966 y 1972 antes de dedicarse por entero a la literatura. Heaney, católico irlandés, se vio muy afectado por la violencia entre católicos y protestantes en el Úlster, y decidió trasladarse a Dublín en 1972. En el Carysfort College de esta misma ciudad impartió clases entre 1975 y 1980. Obtuvo una cátedra en la Universidad Harvard, Massachusetts, en 1984, y entre 1989 y 1994 fue catedrático de Poesía en la Universidad de Oxford. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1995.
SIBILA
Mi lengua se movía, una relajante bisagra ondulante.
Le dije a ella, «¿qué será de nosotros?»
Y como agua olvidada en un pozo puede agitarse
tras una explosión bajo la mañana
De “Trabajo de campo” 1979
Versión de Vicente Forés y Jenaro Talens
EL CANTO DE LA SIBILA
Mi lengua se movía como un idioma antiguo
Que ya sólo hablaran dos ancianos
Agua hermosa y oxidada
Opositando a no potable
Cada movimiento una herida
Una pronunciación perfecta
Y dolorosa
Una foto fija
Una obra maestra
Una catedral crepuscular
Y sepultada
Todos los finales eran perfectos
Pero no apareció ni un The End
De fondo, el canto de la Sibila
Monótono y salmódico
Eterno en nuestro tiempo
Fugaz en su juventud
Inédito en libro(2019). La sibila es una profetisa que predice con certeza el futuro. Suele vivir cerca de corrientes de agua y se expresa en hexámetros griegos. Siempre me he imaginado a la Sibila profetizando en una lengua que ya solo entendía ella, en una dialecto extinto que solo hablara ella y alguien que hubiera muerto hace poco, con esa exquisitez y perfección de lo caduco, de lo que ha vivido su vida y la de los que ya no están. No hay nada más inquietante que una profetisa preguntándose ¿qué será de nosotros? Heaney me parece un poeta que cava a golpe de pala, diseccionando silencios, bofetadas, fríos olores a moho de granja. Un clásico que nos recordó en su epitafio:"Walk on air against your better judgement". Camina sobre el aire aún en contra de tu mejor opinión.